La gestión de la sangre del paciente es un enfoque centrado en el paciente, sistemático y basado en pruebas para mejorar los resultados de los pacientes mediante la gestión y conservación de la propia sangre del paciente al tiempo que se promueve la seguridad y la capacitación del paciente
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Los tres pilares de la gestión de la sangre del paciente
La bibliografía identifica tres factores de riesgo independientes de resultados adversos para los pacientes: la anemia, la hemorragia y la transfusión de sangre.
Estos factores de riesgo son modificables con la aplicación de los «tres pilares» de la gestión de la sangre del paciente:
- Optimizar la eritropoyesis (incluida la masa de glóbulos rojos y las reservas de hierro)
- Minimizar la pérdida de sangre (quirúrgica) y la hemorragia (coagulopática)
- Aprovechar y optimizar la reserva fisiológica de la anemia específica del paciente mientras se inicia el tratamiento
En los pacientes quirúrgicos y médicos, los tres pilares se aplican en tres fases:
- Antes del tratamiento específico (preoperatorio)
- Durante el tratamiento específico (intraoperatorio)
- Seguimiento tras un tratamiento específico (postoperatorio)
Este enfoque puede representarse como una matriz de nueve campos
Gestionar la sangre y el sistema hemopoyético del paciente es como gestionar cualquiera de los demás órganos y sistemas orgánicos durante el cuidado del paciente.
Los especialistas manejan el corazón, los riñones, el sistema endocrino, etc. La sangre del paciente requiere una gestión clínica similar.
El sistema hemopoyético y sus productos circulatorios son fundamentales para el funcionamiento saludable del organismo humano.
La Fundación Internacional para la Gestión de la Sangre del Paciente se compromete a garantizar que este recurso humano único y vital se gestione y mantenga adecuadamente en la salud y la enfermedad. Con este fin, la Fundación promueve técnicas médicas y quirúrgicas de gestión de la sangre del paciente con base científica destinadas a conservar la propia sangre del paciente y minimizar o evitar la necesidad de transfusión de componentes sanguíneos alogénicos.
La Fundación reconoce que la sangre alogénica donada de forma altruista y en fideicomiso es un valioso recurso comunitario. Sin embargo, es un recurso costoso con un potencial significativo de resultados clínicos adversos. En consecuencia, sólo debe utilizarse como terapia con el consentimiento del paciente cuando existan pruebas de un beneficio potencial, no existan alternativas y los riesgos se consideren y sopesen adecuadamente frente a los beneficios.
En este contexto, la Fundación, como organización multidisciplinar, se compromete a alinear las mejores pruebas médicas con consideraciones éticas y económicas que garanticen que las terapias relacionadas con la gestión de la sangre de los pacientes se evalúen adecuadamente en función de su rentabilidad, respetando las decisiones de los pacientes y la confianza de los donantes de sangre.
El profesor James Isbister explica la gestión de la sangre de los pacientes (Ejecuta 1:12 subtítulos en chino)